miércoles, 12 de septiembre de 2012

El vivir: si de sufrir se trata.


Desempolvando algunos escritos que tenía guardados, encontré este y me pareció bueno compartirlo. Los invito a reflexionar un rato. 


El sufrimiento. Sentimiento que azota el alma y no permite a la persona que lo padece avanzar en su vida. El sufrimiento es un dolor particular, provocado y prolongado a lo largo del tiempo. 

Ser una persona que ha sufrido o sufre no es algo emocionante, algo que uno ande contando todos los días ni que se ponga en el currículum, pero que nos pasa y, de vez en cuando, la herida sangra fuera de nuestro escondite y las demás personas perciben ese dolor que tal vez nos está matando pero que ocultamos con el efectivo maquillaje de una sonrisa. 

Sufrir es algo de lo que nadie está excento, pero algunos son "privilegiados" con el "don del dolor". Hay un sufrimiento verdadero, ese que no te deja respirar, que te oprime el pecho y por más que dejes fluir las lágrimas desde tu corazón, esa angustia de la que viene acompañado el dolor no se pasa con nada. 

Si alguien me preguntase si he sufrido, respondería: por suerte, sí.

Día a día nos pasan miles de cosas. Hay días en que quisiéramos que el día no empezase; otros en que preferiríamos ser tragados por la tierra y otros, simplemente no existir. Pero de qué valdría una vida sin obstáculos. La vida está formada por el sufrimiento, es más, nacemos traumáticamente dejando nuestro "universo" cómodo y seguro para meternos en uno en el que debemos aprender todo. La vida del hombre está marcada por el dolor, porque sin él, el hombre no crece, no avanza, se estanca en un punto mediocre de la vida y no descubre lo que hay fuera de la burbuja de cristal en la que habita. 

La vida me ha regalado el "don del dolor" y lo he aceptado agradecida. Cada golpe que me ha dado me ha enseñado algo nuevo, algo que hacer o no, es decir, me ha enseñado lo que es vivir. Sufrir es una etapa del crecimiento, la otra etapa la conforma el otro tipo de experiencias que tenemos y que nos permiten completar este ciclo vital con éxito. En esa otra etapa están los aspectos positivos previos y/o posteriores al sufrimiento. Si nos quedamos con el simple dolor del corazón, la persona no puede ver más allá de lo que hay detrás del árbol y descubrir lo generosa que ha sido la vida al darle "eso" que lo hace, hizo o hará feliz. 

He descubierto que todos los días tengo la posibilidad de sufrir, pero también tengo la oportunidad de cerrar los ojos, respirar y buscar dentro de mi alma lo que me hace bien para poder valorar esas pequeñas cosas de la vida. Por suerte, tengo un regalo de Dios muy presente. El remedio que me dio para que el sufrimiento fuese un condimento más de la vida porque el plato principal es otra cosa. Me dio la "AMISTAD", que es ese gran DON que nos permite sufrir con una verdadera sonrisa en la cara, que nos quita el dolor con un abrazo, que nos regala el brillo de los ojos con una payasada, que me hace ver que cada día vale la pena ser vivido y festejado, porque el tener a esa/s personas a mi lado hace que valore más aquella hoja otoñal que despide el árbol, los paisajes del mundo, el peso de la sinceridad a cada momento, etc.

Si el sufrir me permite valorar cada día más lo maravilloso de la vida, ojalá todos tengamos algo por lo que sufrir, así algún día vamos a encontrarnos con muchos sufrimientos, pero con mayores gozos guardados en el corazón.

El fracaso



Les comparto este pequeño texto que escribí hace ya algún tiempo y que fue publicado por primera vez en la página de un querido amigo. Espero que lo disfruten y, como siempre les digo, puedan dejar sus impresiones o comentarios. 

Generalmente las personas tendemos a esquivar esta palabra que tan dura suena a nuestros oídos, y tan agria a nuestra boca. El "fracaso" es un resultado adverso al esperado, es una caída, un suceso penoso que nos produce cierta angustia y nos baja la autoestima. El fracaso es ese gran miedo que muchas veces nos frena y nos pone trabas en nuestras vidas. Vivimos evitando el fracaso, y cuando este nos alcanza la angustia es inevitable y el sentimiento de frustración es enorme. Nos invade un desgano general, nos llenamos de pensamientos negativos y creemos que, por este fracaso, el resto ya no tiene valor. Pero esta es una concepción pesimista sobre el fracaso y, realmente, no se está teniendo en cuenta el aspecto más importante del mismo: fracaso es sinónimo de humanidad.

Fracaso es sinónimo de "humanidad" porque estamos concebidos como seres capaces de equivocarnos, predispuestos al error y totalmente destinados a fracasar para poder ser exitosos. Fracasar es cometer un error inopinado ("Que sucede sin haber pensado en ello, o sin esperarlo." - RAE) pues, a nadie le gusta ni espera fracasar porque en nuestra mente lo correcto es acertar y lograr el éxito, pero no hay peor fracaso en la vida que considerar que lo más importante de la vida es el éxito en todo. Ustedes creerán que mi pensamiento es bastante mediocre, pero si piensan eso es porque su pensamiento es tan mediocre como el mío y no logran vislumbrar en mis palabras el sentido que estas connotan. Al esperar que siempre la empresa que se desarrolla resulte exitosa podemos fracasar en los aspectos más pequeños de nuestra vida porque la atención va a estar sentada en "ese éxito potenciado" y no en lo que resulta contexto de ese éxito, que si se logra va a llevar a una felicidad plena.

Cuando vivimos estamos destinados al éxito, pero con la condición de saber que ese éxito está constituido con aciertos y errores. Estos componentes son los "ingredientes" de la vida, y son necesarios ambos para que ella resulte "exquisita". Fracasar en algo no es el fin, sino el comienzo; es una caída al suelo, pero no al abismo. Fracasar es abrir el abanico a otra oportunidad, es cerrar una circunstancia y abrir una nueva, que va a estar enriquecida por la experiencia anterior; el fracaso implica un desacierto pero también la oportunidad de comenzar de nuevo, tal vez no con lo mismo pero si algo que nos permita llegar a un nuevo objetivo.

Si sentimos que hemos fracasado en algo, eso quiere decir:
* que hemos tenido la oportunidad de equivocarnos, teniendo también la opción de salir triunfantes;
* que hemos elegido algo, sin importar si fue lo mejor o no;
* que corrimos un riesgo, teniendo en cuenta que el resultado podía ser adverso;
* que nos tiramos a un abismo porque valía la pena ( o al menos eso creíamos) teniendo mil posibilidades de que suceda o no lo que quieres;
* simplemente, que hemos vivido.

Lo que me proponía al escribir esto, era que realicemos una reflexión sobre lo que es un "fracaso" en nuestras vidas, para que esta palabra ya no resulte un peso al decirla sino una posibilidad, que en todo caso nos permitirá crecer. Aceptar esta "derrota" es asimismo, aceptar un nuevo reto: el de seguir adelante. Tal vez no te guste perder una partida en la vida, pero cuando esto suceda debes saber que un día nublado también es hermoso. Cuando el "fracaso" te adormezca, despertate a la vida y mirá a tu alrededor, tal vez descubras que la vida te ofrece la oportunidad de oír ese pájaro que está cantando en el árbol, ver la sonrisa que un niño puede regalarte, sentir el verdadero valor de un abrazo. Hay miles de cosas que hacen de la vida el mejor lugar, solo que hay que aprender a reconocer la belleza de los momentos desafortunados y valorar los momentos enriquecedores de ésta.

“Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.” (Samuel Beckett) Nunca olvides que la dicha más grande de esta vida, es la de haber vivido plenamente. Triunfando o no, pero siempre teniendo presente que el universo va más allá de ti y que este mundo siempre encuentra la manera de llenar tu vida. No te encierres en un objetivo, ábrelo al resto de las cosas y cuando el universo entero y tus objetivos estén en comunión, la vida te va a resultar la más maravillosa experiencia existente, porque vas a comprender que siempre hay una razón para sonreír.

"FRACASO NO SIGNIFICA QUE DIOS NOS HA ABANDONADO... ¡significa que Dios tiene una mejor idea para nosotros!"  (Anónimo)