Esplendorosa y majestuosa,
joven y suntuosa,
cariñosa y cordial.
Te soñé con más luces,
con más vida y amor.
Te soñé con otros ojos
y con otro corazón.
Pero es que la distancia
me opaca la visión
de esta espléndida conquista
del sur que me llamó.
Tranquila y silenciosa,
oculta y cercana.
Me levanto como en casa,
me recuesto como extraña.
Es la distancia fiel compañera
de la nostalgia que derriba corazas.
Distancia, que aniquilas mi esperanza
y acrecientas los deseos del regreso.
Es la distancia la que hoy nos separa
y que no repara en la fuerza del amor.
Ay! Si el alma fuese inmune
al dolor de la distancia.
Y en esta noche de ruidosas hojas
dejo fluir mi pluma
para llorar por la distancia
que de angustia me invadió.