viernes, 23 de septiembre de 2011

Lectura amorosa

Simplemente quiero compartir este humilde homenaje a la lectura, a ese acto amoroso en el que un lector encuentra en las páginas de un libro su libertad desprendiéndose de la realidad para asumir como propia las palabras que el autor nos regala. Escrito a partir del sentimiento de desprendimiento que genera terminar un libro, esa sensación extraña y maravillosa que logra dejar huellas en el alma. Espero críticas, comentarios y/o sus "reacciones".


Tú me ocultas el destino de tus letras
 yo muero por entrar en tu misterio.
Te persigo por pasajes y caminos
que tú mismo has marcado en mi sendero.
Tú me ocultas el final de nuestra historia
y voy corriendo a tu encuentro empedernido
degustando poco a poco cada hoja,
conservando en mi alma sus sonidos.
Tú me ocultas, nuevamente, nuestra suerte
enredando a mi mente con mi pulso.
Te me ocultas en paisajes y secretos
que yo muero por leer en un receso.
Tú me ocultas y enamoras, insistente.
Tú me ocultas y me atrapas en tus redes.
Tú me ocultas lo que yo ya voy soñando,
y yo te oculto el deseo que es naciente.
Yo te oculto esta angustia ya creciente
y te oculto mi ansiedad y mi deseo.
Tú descubres para mí el fin secreto
Y  yo muero porque oculto que te quiero.
Yo ya oculto en mi alma desteñida
El amor que vi crecer aquellos días.
En mi seno maternal yace angustiado
ese mortal desprendimiento preavisado.
No hay secreto que se oculte inútilmente
Porque al fin te he conocido plenamente:
Tú te ocultas en ajenas manos mías
y otro más se enamora en agonía. 

jueves, 8 de septiembre de 2011

Solitario

Solitario te encuentras en aquel rincón de la tierra, solitario.
Te encuentro tan mimético a esa tierra, seca y resquebrajada
así tus manos, cara, vida reclaman por humedad.
Sentado en tu yermo refugio del mundo que no fue capaz de asilarte,
perdido, inconstante y vagabundo no es ser libre de verdad.

Solitario trabajando cuando niño aún tú eres,
la obligación por adelantado te ha obligado a crecer.
Tú te abrazas a la vida, rama seca que te negó su mirar.
Libertad, tú no la conoces, lamento que no sepas dónde está.

Solitario en la lágrima gimiente del hambriento
que no reclama más que paz, más que alimento, más que sustento.
Solitario, el mundo ha olvidado, la soledad ha creado
por negar al hermano su perteneciente humanidad.

Cada vez más solitarios, cada vez más esclavos,
más murallas a la realidad. Solitarios: un ejército de libres
que sin ego ni alimento no puede decir libertad.

Solitario: uno, dos, mil o más...
Solitario aquel que escribe, 
el que sueña, el que recuerda,
el que se dedica a pensar...
Solitarios que naufragan por el mundo 
sin encontrar la Verdad.

Solitario, no te han notado y tampoco tú notarás
que estás rodeado de solitarios que ya no saben ni amar.
Y pensar que muchos hombres por no mirar al costado
al distinto al dolorido al sufriente y al mendigo
se quedan presos de su soledad.