martes, 22 de marzo de 2011

Re cordis

Para escribir, primero hay que vivir
pero, ¿qué pasa cuando tu vida ya no es vivida ni por vos misma? 

Alerta roja encendida en las pupilas de tus ojos. 
Alerta máxima en mis dedos se desatan sin antojo. 
¿Cómo se llama a la inspiración que no quiere venir
por la simple razón de que por el corazón ya no quiere escribir? 
¿Cómo se hace para descubrir que la vida es verdadera
si la mentira predomina en cada espacio de mi ser?

No se pasa, no se pasa, no se pasa...

El refugio máximo de los sentidos es el latido de mi corazón, 
pero, ¿qué pasará el día que la sangre se niegue a circular 
porque se pudre al llegar a lo más íntimo de mi interior? 
La vida transcurre en momentos
que son cuentos o simples poesías.
¿Qué se hace en esos días que la mente
ya no quiere crear más?
Si el motor de mi vida es la imaginación, 
¿qué hago yo escribiendo si ya no tengo motor?
Y acá me siento tras unas palabras que quieren decir 
lo que no puedo traducir y lo que nadie quiere oír.

No se pasa, no se pasa, no se pasa...

Miles de letras conjugadas de mil formas
se transforman a medida que respiro; 
pero es en los suspiros en los que más se escapan de mi boca 
y se depositan en las manos
que se encargan de llevarlas por el camino de la escritura. 
Miles de frases repetidas de sentimientos ya sentidos 
se acumulan en mi mente y yo me pregunto:
¿qué hace el poeta cuando siente que todo ya está escrito?

No se pasa, no se pasa, no se pasa...

Un sin fin de enredos se entretejen en la mente del 
que cree que escribiendo va a lograr expresar
lo que no tiene lugar en un mundo
donde la realidad es tejida por los que nada saben sobre amar.
Reivindicaciones de la vida que te hacen descubrir
que no te paras de confundir,
y no hay culpables mas que el mundo por ponerte en él
pretendiendo que no lastimes al resto de la creación. 
Aquí estoy yo, decidida a pedir perdón por un error nuevo, 
que aún no cometo pero que cometeré
porque, aunque no lo desee, nací así. 
Hay un ser esperando que la vida de ti se trastabille 
y con orgullo retraído grites, "¡me equivoqué, fue mi error!". 

No se pasa, no se pasa, no se pasa
el mundo sigue girando y no se pasa.

Nos mienten con una libertad imaginaria 
ya que esclavos del tiempo somos 
y de él dependemos para olvidar, 
para crecer, 
para perdonar, 
para envejecer, 
para morir 
y para renacer. 
Momentos que se escabullen en las manos 
surcadas por el trabajo diario 
de otros que se rompen las manos
para que otros enriquezcan el orgullo
de ser el barullo de una sociedad hipócrita
que no piensa en otra cosa
que en vestir la realidad de gala
aunque sea una payasada ocultar lo que no hay.

No se pasa, no se pasa, no se pasa...
Pierdo mi tiempo esperando que esto pase y no se pasa jamás.

Bronca de un lugar mejor que nunca llega, 
de un sentir mejor que me desespera, 
de una equidad en el amor que me desconsuela 
y me hace dar cuenta que la vida está colmada de penas
que apenas las descubres ya la vida transcurre y no perdona tu error. 
En el piso miro los reflejos de los zapatos viejos 
de la pobre humanidad que camina cansada
de que ya no haya ganas ni de odiar al que amas. 

No se para, no se pasa, no se pasa...

Demencia de los que quieren pero no deben
porque no saben qué infelices van a ser. 
Demencia del que no sabe querer dejarse querer
por el que puede querer pero sin hacerle saber
que todo no va a andar bien
cuando el querer de uno se superponga al del otro
y el fracaso se anote una muerte más por falta de amor. 
Y ya no veo las cortinas corridas,
ni la espera vacía de una ventana 
que ilumina la vereda de la esquina
por donde las hojas caerán
porque el invierno va a acabar
con mis ganas de luchar.

No se pasa, no se pasa, no se pasa...

Ilusión, ¿donde te fuiste que no aprendiste 
que no hay que escapar en los momentos de necesidad? 
Ilusión, ¡vuelve a mis manos que yo siempre he soñado 
y no quiero dejar de amar!
Ilusión, no te alejes demasiado que este cuarto está callado 
y no puedo respirar. 
Ilusión, no me abandones
no sabes que sin ti
mis manos se callarán, 
mi corazón morirá 
y la poesía nada será. 

No se pasa, ya no pasa y no sé cuando pasará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció?